Tanto en tenis como en pádel, jugar con pelotas en mal estado afecta directamente al ritmo del juego, al control del golpe y, en algunos casos, incluso a la seguridad. Pero no siempre es fácil detectar cuándo una pelota ha perdido presión. A veces, visualmente parece estar bien, pero su rendimiento ya no es el mismo.
En este artículo te damos las claves para saber si tus pelotas están «muertas» o si todavía pueden dar más de sí.
El bote es el primer indicio
Una pelota con buena presión tiene un bote vivo, alto y uniforme. Una forma sencilla de comprobarlo es dejarla caer desde una altura de unos 1,50 m sobre una superficie dura (como una pista o suelo liso) y observar cómo rebota.
Si apenas sube, o lo hace de forma irregular, probablemente ha perdido presión. En comparación con una pelota nueva, la diferencia es muy evidente.
Sensación en el golpeo
Con algo de experiencia, notarás rápidamente si una pelota ha perdido presión por la sensación que produce al golpearla. Las pelotas despresurizadas se sienten más blandas, como si absorbieran parte del impacto. El sonido también cambia: en lugar de un “pop” seco, se escucha un golpe más apagado.
Este tipo de respuesta afecta tanto a la potencia como al control del golpe, y puede ser incómodo en partidos largos o de ritmo alto.
Menos velocidad en el juego
Otra señal clara es cuando la pelota no corre. Aunque le imprimas fuerza, parece que no avanza como debería. Esto se debe a que al perder presión, la pelota pesa lo mismo pero ya no tiene la energía interna para mantenerse viva en el aire.
En partidos de dobles o en condiciones de calor, donde la exigencia es mayor, este detalle se vuelve muy notorio.
Duración del bote tras varios partidos
Aunque cada marca y modelo es distinto, la mayoría de pelotas empiezan a perder presión significativa después de 1 o 2 partidos intensos si no se guardan adecuadamente. Si han estado expuestas al calor, a la humedad o simplemente fuera del bote durante días, es muy probable que estén ya por debajo del nivel óptimo.
Si no usas un presurizador, este desgaste se acelera, incluso aunque no juegues.
Comparación con pelotas nuevas o conservadas
La forma más sencilla de comprobar si tus pelotas han perdido presión es compararlas con unas nuevas o con otras que hayas conservado en un presurizador. Basta con golpear ambas o hacer una prueba de bote para notar la diferencia de respuesta.
Muchas veces, las pelotas usadas parecen “normales” hasta que las comparas con unas bien conservadas. Ahí es donde realmente se nota el cambio.
Conclusion
Detectar si una pelota ha perdido presión no requiere herramientas especiales, solo un poco de observación y experiencia. Bote bajo, sensación blanda, pérdida de velocidad y sonido apagado son señales claras. Si quieres evitar el gasto constante en pelotas nuevas, la mejor solución es combinarlas con el uso de un buen presurizador. Así, mantendrás su presión por mucho más tiempo y mejorarás tu experiencia en pista.