¿Has notado que, con la llegada del calor, las pelotas se comportan de forma diferente? Seguramente te hayas dado cuenta que rebotan más, parecen más “vivas” y, a veces, hasta se vuelven más difíciles de controlar. Pero…¿porqué pasa esto?. Sigue leyendo, que ahora mismo te vamos a contar porqué ocurre esto.
Tanto las pelotas de tenis como las de pádel están presurizadas, es decir, tienen aire en su interior. Esa presión es la que permite que la pelota mantenga su bote, velocidad y respuesta durante el juego. Pero cuando suben las temperaturas, el comportamiento del aire cambia afectando directamente a la presión interna de las pelotas.
El aire que hay dentro de la pelota se expande cuando se calienta. Esto significa que, al jugar en condiciones de mucho calor, la presión interna aumenta, haciendo que la pelota rebote más de lo habitual. En algunos casos, este cambio puede alterar el ritmo del partido, sobre todo si no se ajustan otros elementos como la intensidad del golpeo.
Además, no solo influye la temperatura ambiente. Si dejas las pelotas dentro del coche, al sol o en zonas expuestas, la presión puede aumentar demasiado y acabar afectando negativamente al material. El caucho de la pelota también sufre con el calor, y a la larga puede perder elasticidad.
Sin embargo, el efecto del calor es temporal. Cuando la pelota vuelve a enfriarse, la presión interna baja de nuevo. El problema aparece cuando estos cambios se repiten una y otra vez: esa variación constante de presión acelera la pérdida de gas y en pocos partidos, las pelotas pueden resultar muy deterioradas, aunque apenas se hayan usado.
Usar un presurizador es una de las mejores soluciones. Este tipo de dispositivo mantiene las pelotas en un ambiente controlado y presurizado cuando no se están utilizando. Así, aunque haya cambios de temperatura fuera, el interior del presurizador conserva condiciones estables, reduciendo la pérdida de presión y alargando la vida útil de las pelotas.
También es recomendable evitar dejar las pelotas en el maletero del coche o en lugares muy calurosos. Guardarlas en zonas frescas y ventiladas ayuda a conservar sus propiedades durante más tiempo.
El calor afecta directamente al comportamiento y durabilidad de tus pelotas. Aumenta su presión de forma momentánea, pero también acelera el desgaste si no se protegen adecuadamente. Si quieres ahorrar dinero, cuidar tu juego y reducir residuos, proteger tus pelotas del calor y usar un presurizador puede marcar la diferencia.
Tanto en tenis como en pádel, jugar con pelotas en mal estado afecta directamente al ritmo del juego, al control del golpe y, en algunos
El verano es una de las épocas más activas para el tenis y el pádel, pero también una de las más exigentes para el material.
